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domingo, 3 de septiembre de 2017

martes, 8 de agosto de 2017

martes, 20 de junio de 2017

NUESTROS BOSQUES EN NUMEROS

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martes, 16 de mayo de 2017

jueves, 9 de febrero de 2017

INSTRUMENTOS DE GESTIÓN AMBIENTAL 2016-2022

El distrito de Putinapunku, Provincia de Sandia- Región de Puno, cuenta con un instrumento de gestión política para poder afrontar problemas del medio ambiente para vivir en armonía con el medio. Ojala se cumpla...

jueves, 5 de enero de 2017

CEPAL: Horizontes 2030 la igualdad en el centro del desarrollo sostenible

En la Agenda 2030 reconocemos múltiples vasos comunicantes con el cuerpo de propuestas que la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) ha elaborado a lo largo de su historia, sobre todo con aquellas que pusieron el combate a la desigualdad en el centro de la estrategia impulsada en La hora de la igualdad: brechas por cerrar, caminos por abrir en 2010. En ese documento, se resaltan los impactos negativos de la desigualdad en el crecimiento y la estabilidad política y social de los países de América Latina y el Caribe; más aún, se postula que la desigualdad no solo es inaceptable desde el punto de vista ético, sino que también constituye una barrera determinante para nuestro desarrollo.


martes, 31 de mayo de 2016

EVALUACIONES DEL DESEMPEÑO AMBIENTAL PERU 2016 Aspectos destacados y recomendaciones

PRÓLOGO 

Durante los últimos años, la República del Perú ha experimentado un notable crecimiento económico. Entre 2005 y 2015 el producto interno bruto peruano registró un crecimiento medio anual del 5,8%. Este dinamismo ha sido producto de la combinación entre estabilidad macroeconómica, apertura comercial y crecientes flujos de inversión extranjera directa atraída por la riqueza del Perú en recursos naturales y por los altos precios de las materias primas. Si bien esta fase de crecimiento ha sido de gran importancia, aún persiste el desafío de transformar dicho crecimiento en un desarrollo económico más incluyente y sostenible.

LEER DOCUMENTO COMPLETO AQUÍ

viernes, 27 de mayo de 2016

GUÍA DE GESTIÓN AMBIENTAL URBANA

PRESENTACIÓN 

Los procesos de urbanización, el aprovechamiento de los recursos naturales, la ejecución de obras de infraestructura y demás actividades productivas desarrolladas por el hombre, han ocasionado problemas en el ambiente urbano. Por lo que en la actualidad se hace necesario atender los problemas de deterioro que se incrementan progresivamente en las ciudades a través de instituciones renovadas que ejecuten políticas, estrategias, indicadores, herramientas, y en general, instrumentos tanto jurídicos como económicos para lograr una gestión ambiental armónica con los procesos de desarrollo económico, tecnológico y social de las ciudades.

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viernes, 13 de febrero de 2015

PERÚ HOY: Cambio Climático Poder, discursos y practicas

El Cambio Climático (CC) se ha ubicado como uno de los temas más importantes en el imaginario, la política y el desarrollo mundial. Las conversaciones sobre el tema abundan, aunque los contenidos se ubiquen en un rango que abarca desde la ignorancia hasta la ilustración, pasando por el sentido común cotidiano. En la política formal, la proliferación de iniciativas y reuniones –desde globales hasta locales– es replicada por los espacios «alternativos»; sin embargo, la multiplicación de ágapes formales e informales contrasta con la escasez de acuerdos relevantes o vinculantes alcanzados en la política real. Asimismo, los limitados logros reales resaltan por la gran difusión y cobertura de los sucesivos fracasos de las Conferencias de las Partes (COP) organizadas por la Secretaría del Convenio Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático (UNFCCC, por sus siglas en inglés).

martes, 28 de abril de 2009

Sabiduría indígena contra el cambio climático

Por Stephen Leahy

Los pueblos originarios, ancestralmente unidos a la tierra, han aprendido algunas lecciones útiles para frenar y soportar el cambio climático.



ANCHORAGE, Estados Unidos, 27 abr (Tierramérica).- Mientras los países industriales emiten crecientes volúmenes de gases de efecto invernadero, los pueblos originarios necesitan adaptarse a un clima cada vez más peligroso para sobrevivir.

A lo largo de la historia, las comunidades indígenas desarrollaron un gran arsenal de prácticas que hoy podrían servir para lidiar con el cambio climático.

“¿Por qué no darles un día de descanso a los automóviles y los aviones? Y luego, dos días de descanso. Eso reduciría la contaminación”, sugirió Carrie Dann, sabia de la etnia estadounidense de los shoshones occidentales.

Dann, ganadora del Right Livelihood Award 1993 --conocido como el Premio Nobel Alternativo-- por su activismo en la protección de sus tierras ancestrales, hizo el planteo ante unos 400 delegados reunidos del 20 al 24 de este mes en la Cumbre Mundial de los Pueblos Indígenas sobre el Cambio Climático, celebrada en Anchorage, en el noroccidental estado estadounidense de Alaska.

Dann sostuvo que es necesario curar la “fiebre” de la Madre Naturaleza. “Mi territorio se está volviendo muy caliente y hay muchos incendios en las praderas”, señaló.

En Australia, para prevenir incendios similares que en los últimos años devastaron grandes superficies y dejaron cientos de muertos, los aborígenes de Western Arnhem Land, en el Territorio del Norte, practican quemas tradicionales controladas.

Al impedir esos enormes incendios también se reducen las emisiones de gases invernadero. Y, por primera vez en el mundo, esos aborígenes han vendido a la industria créditos de carbono por 17 millones de dólares, generando un ingreso significativo a sus comunidades, según un informe presentado en Anchorage.

Siguiendo la tradición, luego de la temporada lluviosa los indígenas australianos aplican quemas controladas para crear barreras que luego, en la estación seca, actúan como cortafuegos de los incendios forestales.

Los fuegos descontrolados generan una gran cantidad de las emisiones de carbono de Australia. En los últimos años, muy pocos aborígenes pudieron seguir viviendo en la tierra o haciendo quemas controladas. Ahora podrían asumir un nuevo papel en el combate al cambio climático.

“El mundo tiene que prestar más atención a las opiniones de las comunidades indígenas y a la sabiduría del conocimiento ancestral”, sostuvo Sam Johnston, de la Universidad de las Naciones Unidas, copatrocinante de la cumbre.

En Asia, los pueblos originarios desarrollan diferentes variedades agrícolas y aplican distintos modelos de siembras, dijo en la conferencia Victoria Tauli-Corpuz, presidenta del Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

También participan en la agrosilvicultura sostenible, la generación energética con biomasa y pequeñas centrales hidroeléctricas.

En la isla indonesia de Bali, los indígenas rehabilitan arrecifes y protegen manglares. En Filipinas, la población autóctona traza mapas de las aguas de sus tierras y desarrolla un plan de manejo integrado.

“Muchos hacen estas cosas por su cuenta, sin ningún apoyo”, destacó Tauli-Corpuz.

En Honduras, bajo el frecuente azote de huracanes, la etnia quezungal desarrolló un método agrícola para sembrar bajo los árboles, lo que permite que las raíces se aferren mejor al suelo y se reduzca así la pérdida de cultivos en los desastres naturales.

En Guyana, los pueblos indígenas adoptaron un estilo de vida nómade, trasladándose a zonas más forestadas en la estación seca, y ahora plantan mandioca (Manihot esculenta), su principal alimento, en planicies aluviales que antes se consideraban demasiado húmedas para la siembra.

En Belice, los agricultores están volviendo a prácticas tradicionales y trasladándose a terrenos más elevados, informaron otros delegados.

En África, los pigmeos baka, de Camerún sudoriental, y los bambendzele, de la República del Congo, han desarrollado nuevos métodos de caza y de pesca para adaptarse a una realidad con menos lluvias y más incendios forestales.

Aunque los pueblos originarios tienen una gran capacidad de adaptación y hay tratados y leyes internacionales que les garantizan su derecho al alimento y a sus formas de vida tradicionales, el cambio climático amenaza todo esto, dijo Andrea Carmen, de la etnia yaqui de Estados Unidos.

Cuando los jefes de las tribus de la sudoccidental provincia canadiense de Alberta declararon que había que poner fin a la explotación de las arenas petrolíferas, los ignoraron, enfatizó Carmen, directora ejecutiva del Consejo Internacional de Tratados Indios, una organización de defensa de los derechos indígenas.

La extracción de petróleo de las arenas alquitranadas es la principal razón por la que Canadá aumentó cuatro por ciento su contaminación climática entre 2006 y 2007 y está 33,8 por ciento por encima del compromiso de reducción de emisiones, que asumió por ser parte del Protocolo de Kyoto, en vigor desde 2005.

Pero los pueblos indígenas también observan con cautela acciones de gobiernos e industrias en respuesta al cambio climático, como construir granjas eólicas y plantas de biocombustibles, a menudo en sus tierras o en lugares donde los afectan, perjudicando su sustento, explicó Gunn-Britt Retter, del finlandés Consejo Saami.

“Contamos con los conocimientos tradicionales para soportar estos cambios climáticos, y necesitamos usarlos a fin de ayudar a nuestras culturas” a hacer lo mismo, dijo.

Los pueblos indígenas “debemos participar plena y efectivamente en los planos nacional e internacional para que nuestras culturas sobrevivan a estos cambios”, agregó.

Ya pasaron 17 años desde la primera reunión de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, destacó Sheila Watt-Cloutier, ex presidenta del Consejo Circumpolar Inuit.

“Debemos actuar rápidamente. Ésta es la última oportunidad de asumir el control”, dijo a los delegados por videoconferencia desde su hogar en Iqaluit, en la septentrional provincia canadiense de Nunavut. “El mundo necesita la sabiduría de nuestras culturas”, concluyó.

* El viaje de Stephen Leahy a Alaska fue financiado por la Universidad de las Naciones Unidas y Project Word, una organización no gubernamental sobre medios, con sede en Estados Unidos.

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martes, 21 de abril de 2009

TURISMO SOSTENIBLE

La problemática del turismo está estrechamente ligada a la del consumo responsable, porque al igual que muchas de las cosas que hacen posible nuestro trabajo, o que dan sentido a nuestras vidas, hacer turismo exige consumo. Para gozar de la biodiversidad, por ejemplo, hemos de desplazarnos y consumir energía. ¿Debemos por ello renunciar completamente al turismo como un acto “consumista”? Del mismo modo, ¿es consumista leer un periódico? Sabemos que la edición del dominical del New York Times, por ejemplo, supone la desaparición de una amplia zona boscosa de Canadá, pero ¿acaso la existencia de una prensa libre no es una de las condiciones de la democracia?

Un ejemplo particularmente interesante de estas contradicciones lo constituye, sin duda, el turismo. Se trata de una de las mayores industrias mundiales, una de las que más afecta al medio ambiente (Worldwatch Institute, 1984-2008; Almenar, Bono y García, 1998) y también una de las vías de intercambio cultural con más incidencia (no siempre negativa, ni mucho menos) sobre las costumbres de visitantes y visitados (Vilches y Gil Pérez, 2003).

Emplea a más de 250 millones de trabajadores en todo el mundo (uno de cada nueve) y genera cerca del 11% del PIB mundial. Después de la cantidad que dedicamos los habitantes del “Norte” a la alimentación, le sigue el turismo, que supone un 13% de los gastos de consumo. Prácticamente, ningún lugar de la Tierra “se salva” hoy del turismo, desde la Antártida al Everest y ningún país quiere verse privado de las rentas que produce. Aunque, como en otros casos, la mayor parte de la población de los países en desarrollo aún no puede pensar en realizar esta actividad lúdica.

Los datos acerca de las consecuencias del turismo son contradictorios. Por una parte tenemos claras repercusiones positivas: creación de empleo, incremento de ingresos económicos, evitación de migraciones por falta de trabajo, mejora del nivel cultural de la población local y apertura a costumbres más libres, intercambios culturales en ambos sentidos, de modos de vida, sensibilización de turistas y población local hacia el medio ambiente, etc. Por otra parte están las consecuencias negativas, tan importantes como las anteriores: incremento en el consumo de suelo, agua, energía, destrucción de paisajes, aumento de la producción de residuos y aguas residuales, alteración de los ecosistemas, introducción de especies exóticas de animales y plantas, inducción de flujos de población hacia poblaciones turísticas, aumento de incendios forestales, tráfico de personas y drogas, etc.

Está documentado que los flujos turísticos contribuyen notablemente, por su relación con el transporte aéreo y por carretera, a la lluvia ácida, a la formación del ozono troposférico y al cambio climático global. Y desde un punto de vista más local, el turismo afecta a todo tipo de ecosistemas: desde el litoral hasta las montañas invadidas por estaciones de esquí, pasando por los conocidos campos de golf, que tantas repercusiones tienen debido al enorme consumo de agua (Almenar, Bono y García, 1998).

Puede decirse, pues, que el turismo, tal como se está realizando actualmente, no es sostenible. Pero esto es consecuencia, como en el caso de otros muchos problemas, de una búsqueda de beneficios inmediatos, que impulsa a la masificación y a la destrucción de recursos. Como ha reconocido Francesco Frangiali, secretario general de la Organización Mundial del Turismo, “es cada vez más evidente que el turismo está siendo víctima, pero también contribuye al cambio climático y a la reducción de la biodiversidad” (Hickman, 2007).

Cabe pensar, sin embargo, en un turismo sostenible, respetuoso del medio. La página web http://www.tecnociencia.es/especiales/turismo_sostenible/1.htm proporciona una amplia información al respecto, incluida la definición misma de turismo sostenible realizada por la Organización Mundial de Turismo (OMT):

"El turismo sostenible atiende a las necesidades de los turistas actuales y de las regiones receptoras y al mismo tiempo protege y fomenta las oportunidades para el futuro. Se concibe como una vía hacia la gestión de todos los recursos de forma que puedan satisfacerse las necesidades económicas, sociales y estéticas, respetando al mismo tiempo la integridad cultural, los procesos ecológicos esenciales, la diversidad biológica y los sistemas que sostienen la vida".

Esta definición de turismo sostenible (turismo responsable, ecoturismo, turismo “slow”…), se ha traducido en la consideración de una serie de requisitos que la OMT (1994) considera fundamentales para la implantación de la Agenda 21 en los centros turísticos:

La minimización de los residuos.
Conservación y gestión de la energía.
Gestión del recurso agua.
Control de las sustancias peligrosas.
Transportes.
Planeamiento urbanístico y gestión del suelo.
Compromiso medioambiental de los políticos y de los ciudadanos.
Diseño de programas para la sostenibilidad.
Colaboración para el desarrollo turístico sostenible.
Se hacen necesarias medidas efectivas para lograr que, como reclama Naciones Unidas, las actividades turísticas se organicen “en armonía con las peculiaridades y tradiciones de las regiones y paisajes receptores (…) de forma que se proteja el patrimonio natural que constituyen los ecosistemas y la diversidad biológica” (Hickman, 2007) y, habría que añadir, cultural.

Se contempla, por ejemplo, la implantación de la etiqueta “comercio justo” como garantía de que una empresa turística utiliza procedimientos sostenibles, respetuosos con el medio y con las personas. En esa dirección van también las propuestas de introducir "ecotasas", con la idea de que quien contamine pague la descontaminación o que quien hace turismo contribuya a la compensación de las emisiones de CO2 (debidas, por ejemplo, a los desplazamientos en avión) y al mantenimiento de los espacios naturales visitados.

Y aunque ello no sea suficiente, estas medidas con finalidad ambiental pueden ser una buena ayuda incluso para la toma de conciencia ciudadana y han empezado ya a ponerse en práctica, con una respuesta muy positiva de los turistas afectados, que consideran que así se implican en la recuperación, mejora y conservación del patrimonio natural.

En definitiva, empieza a crecer una demanda de turismo respetuoso con el medio y con las personas que apuesta por reducir al máximo las emisiones contaminantes que genera el viaje, por valorar más los pequeños hoteles locales a las grandes cadenas hoteleras, por contribuir con ecotasas a la protección de la zona en vez de buscar los precios más bajos a costa de la explotación de los trabajadores y la degradación del medio.

Merece la pena acceder a la Carta Mundial del Turismo Sostenible (1995), que intenta poner los fundamentos para una estrategia turística mundial basada en el basada en el necesario avance hacia la sostenibilidad.

Referencias bibliográficas en este resumen

ALMENAR, R., BONO, E. y GARCÍA, E. (1998). La sostenibilidad del desarrollo: El caso valenciano. Valencia: Fundació Bancaixa.
HICKMAN, L. (2007). El turista contaminante. Foreign Policy (Edición española), 22, 28-37.
VILCHES, A. y GIL- PÉREZ, D. (2003). Construyamos un futuro sostenible. Diálogos de supervivencia. Madrid: Cambridge University Press.
WORLDWATCH INSTITUTE (1984-2008). The State of the World. New York: W.W. Norton. (Versiones en castellano, La situación del mundo, Barcelona: Icaria).

EN EL DIA DE LA TIERRA

¿Hasta cuándo podemos esperar para hacer frente a la crisis ambiental?

Hemos dedicado un reciente boletín a mostrar la falta de fundamento de dos comportamientos que se dan frente a la actual situación de emergencia planetaria, el "negacionismo" y el catastrofismo, que aparecen como serios obstáculos para la implicación ciudadana en el logro de la sostenibilidad, de consecuencias igualmente negativas, puesto que ambos conducen a la inacción, al sostener que no hay problema o que no existe solución. Y terminábamos refiriéndonos a la conclusión fundamental y bien fundamentada del IV informe del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (http://www.ipcc.ch/) de que todavía estamos a tiempo… pero que es urgente actuar.

En este boletín proseguiremos el análisis de estos obstáculos para la implicación ciudadana, incluidos sus responsables políticos, refiriéndonos a una incorrecta, pero frecuente apreciación de los ritmos a los que se están produciendo los procesos de degradación y muy en particular el cambio climático: se da por sentado que los procesos son lineales y, por tanto, lentos y controlables… lo que permite posponer la adopción de las medidas necesarias frente a problemas "más urgentes", como la actual crisis financiera y sus graves consecuencias de pérdidas de empleo e incremento de la población que vive bajo el nivel de pobreza.

Así, aunque buena parte de la ciudadanía y de sus gobernantes han comprendido ya que el cambio climático constituye una innegable realidad, muchos consideran que el aumento paulatino de la temperatura que está teniendo lugar se traducirá en efectos también paulatinos y moderados que permitirán adaptarse a los mismos a medida que se vayan produciendo. No es preciso, concluyen, comenzar ya a preocuparse.

Sin embargo, un aumento de tan solo dos grados se traduciría en la fusión del permafrost del Ártico, provocando cambios drásticos y posiblemente irreversibles. En efecto, el permafrost está constituido por capas de musgo y liquen que han sido cubiertas por hielo antes de descomponerse completamente y han ido aumentando el espesor del suelo. Se estima que aquí se acumula una cuarta parte del carbono absorbido por el suelo y la vegetación de la superficie terrestre desde la última era glaciar. Si el permafrost continuara derritiéndose (ya ha comenzado a hacerlo en algunos lugares, provocando la destrucción de edificios y la ruptura de carreteras y oleoductos en Siberia y Alaska), la turba formada por el musgo y liquen congelados se descompondría, liberando cantidades ingentes de metano que incrementarían drásticamente el efecto invernadero haciendo que la temperatura aumentara muchos grados. Lo mismo podríamos decir si continúa el deshielo de Groenlandia, por citar otro ejemplo que ya está teniendo lugar, ya que ello cambiaría la superficie muy reflectante del hielo por la del suelo, más oscura y absorbente de la radiación solar (efecto albedo), lo que elevaría aún más la temperatura y aceleraría el cambio climático con consecuencias incontrolables.

De ningún modo puede confiarse, como muestran estos ejemplos, en que los procesos sean lineales y puedan ser controlados en cualquier momento. Como ya hemos repetido, estamos a tiempo de actuar, pero debemos hacerlo ya. La presión ciudadana sobre los gobiernos no debe, pues, disminuir en este momento de preocupación por la grave crisis económica, confiados en que la crisis ambiental puede esperar. Muy al contrario, no es tiempo para pausas en la construcción de un futuro sostenible (ver www.oei.es/decada/boletin032.htm). Cualquier demora en la adopción de las necesarias medidas de protección medioambiental y de replanteamiento del sistema productivo, como algunos proponen, solo contribuirá a agravar y multiplicar las crisis. La comprensión de la estrecha ligazón de los problemas a los que la humanidad ha de hacer frente nos obliga a ver en la sostenibilidad la clave para hacer frente a una crisis que no es meramente financiera, sino parte de una crisis global. Y ello exige una acción social fundamentada, un activismo orientado por el conocimiento, que todos los educadores hemos de contribuir a desarrollar. Ése ha de ser nuestro decidido compromiso, ayudando a superar obstáculos como el que aquí hemos analizado y los que seguiremos analizando en sucesivos boletines.



Educadores por la sostenibilidad
Boletín Nº 36, 22 de abril de 2009
http://www.oei.es/decada/boletin036.htm

martes, 20 de enero de 2009

FATIDICO MARTES 13 PARA LOS BOSQUES AMAZÓNICOS



"Un día más para la historia oscura del Perú"
Cómo era de esperarse, el gobierno peruano y su grupo mayoritario de aliados del Congreso aprobaron el martes 13 de enero la Ley N˚ 29317 (Ley que modifica e incorpora diversos artículos del controversial Decreto Legislativo N˚1090), vale decir el pueblo peruano cuenta con una Nueva Ley Forestal y de Fauna Silvestre sacadas del ingenio de funcionarios del gobierno en sus escritorios, a espaldas de los actores del bosque y la realidad de la Amazonía; tras transcurrir 48 de horas de su aprobación mágicamente hoy se publicó el DS. N° 002-2009-AG que aprueba el inconsulto Reglamento de esta nefasta Ley, pretendiendo dar por consumado los hechos.

Esta sordera generalizada del gobierno y el Congreso de la República por no querer escuchar el clamor de los actores del bosque, Iglesia, Defensoría del Pueblo, Comisiones especializadas del Congreso de la República, Pueblos Indígenas, Productores Locales del Bosque, Gobiernos Regionales, Colegio de Ingenieros del Perú, Universidades, expertos constitucionalistas , sociedad civil organizada, entre otros; no hacen otra cosa que sembrar y generar conflictos que esperemos no ocasionen hechos lamentables que se advirtieron oportunamente, en la medida que están sentenciando a que los pequeños extractores locales a que sigan sin acceso formal a los bosques, se continúe con la tala y comercio ilegal de nuestras especies, se siga quebrantando la descentralizació n, se tenga mecanismos amparados en Ley para deforestar y cambiar de uso a nuestros bosques, se tenga subordinada la participación de la sociedad civil sin ejercer mecanismos que aseguren la transparencia en la gestión, que los pueblos indígenas se sientan amenazados de contar con la permanencia de sus recursos sin que el manejo forestal comunitario se haya institucionalizado, que se hayan generado privilegios para acceder al bosque por iniciativa privada para grupos de poder, entre otros vacios e incoherencias.

Nunca antes habíamos sido testigos de la escandalosa desesperación de un gobierno de pelear contra las horas por sacar normas y suscribir acuerdos para satisfacer intereses de grupos minoritarios de poder, atropellando derechos, evadiendo procedimientos, justificando las incoherencias, mintiendo a su propio país y su contraparte en los acuerdos comerciales como el gobierno estadounidense de turno que esta a horas de dejar el cargo.

Felizmente en nuestro país y en la comunidad internacional hay personas que no son susceptibles a los engaños y mentiras menos aún a la complicidad de intereses nada transparentes que les permite convivir con el status quo. Prueba de ello tenemos expresiones regionales consecuentes con la verdad, manifestaciones justas como los del movimientos indígenas, la actuación oportuna del Congreso Norteamericano de dar señales claras al ejecutivo que no precipite la certificación del acuerdo porque aún hay temas pendientes que el gobierno peruano tiene que considerar en su legislación como para dar luz verde a la implementació n del TLC (Proyecto de Ley: HR 496 Trade Enforcement Act of 2009 presentado el día de ayer 16 de enero), así como grupos ambientalistas que se unieron a la federación sindical AFL-CIO en un comunicado publicado el jueves, en el que instaron a Bush a no certificar el acuerdo comercial con Perú "hasta que se pueda verificar que todas las cláusulas para proteger el ambiente".

Es lamentable escuchar a la Ministra Araoz decir que dicha iniciativa legal presentado por el senador Rangel no es un riesgo para la administració n Bush para dar "luz verde" al TLC y que hoy de todas maneras se anunciará la puesta en marcha del TLC desde el 01 de febrero. Esto es una prueba de irresponsabilidad, provocación y falta de respeto frente a un nuevo régimen que asumirá el poder en los EE UU a partir del día martes 21 con la toma de mando del presidente Obama; se olvida la ministra que será con este nuevo gobierno con quienes se implementará el TLC. Esto significa "dispararnos a los pies", el Congreso Norteamericano tiene toda la potestad de observar como control interno los hechos suscritos por el poder ejecutivo antecesor.

Finalmente, queremos felicitar a todos aquellos compatriotas de buena fe que han venido reaccionando propositivamente en defensa de los derechos de todos los peruanos y sobre todo por la permanencia y sostenibilidad de nuestros bosques; ratificamos nuestro compromiso de seguir en la senda de la transparencia, en generar espacios de la sociedad civil para seguir participando del diálogo nacional e internacional, incidir en la elaboración y construcción de políticas públicas coherentes con la realidad y el respeto irrestricto por el derecho que a todos nos asiste.

Lima, 16 de enero del 2009

Secretaría Técnica del Colectivo Forestal Perú

lunes, 12 de enero de 2009

Hacia una racionalidad ambiental

Por Enrique Leff

De la contradicción entre economía y ecología, de ese imposible que sería el “desarrollo sostenible”, surge la inquietud de saber si otra economía es posible, plantea en esta columna exclusiva el mexicano Enrique Leff.

MÉXICO, 12 ene (Tierramérica).- Más allá del rechazo a la mercantilización de la naturaleza, es preciso desconstruir la economía realmente existente y construir otra, fundada en una racionalidad ambiental. ¿Qué significa esto?

La frase parte de una constatación: la causa fundamental de la crisis ambiental, de la degradación ecológica y del calentamiento global, es el proceso económico que actúa como motor generador de entropía, que acelera la muerte del planeta.

Además, no es posible decrecer manteniendo la misma estructura de la economía, que impulsa a ésta a seguir creciendo, incrementando su consumo entrópico de la naturaleza y destruyendo las bases de sustentabilidad de la propia economía y de la vida misma.

Si estas aseveraciones son certeras, surge la pregunta sobre la posibilidad de recomponer la economía agregándole normas ecológicas, innovaciones tecnológicas y contrapesos distributivos. En otras palabras, ¿es posible reequilibrar la economía dentro de la misma racionalidad --teórica e instrumental, económica y jurídica-- que la ha constituido?

De la contradicción entre economía y ecología, de ese imposible que sería el “desarrollo sostenible”, surge la inquietud de saber si otra economía es posible: si es posible crear otra racionalidad productiva, fundada en otros principios productivos y en otros valores sociales.

Desde hace más de tres décadas hemos venido proponiendo una reconstrucción de la economía fundada en el principio de una productividad ecotecnológica sustentable, en una racionalidad productiva asentada en los potenciales de la ecología, la productividad tecnológica y la creatividad cultural.

Esta conjunción de procesos vendría a suplantar a una economía fundada en el capital, el trabajo y la tecnología como factores fundamentales de la producción, que han desconocido la trama ecológica que constituye las condiciones de sustentabilidad de la economía y que han “externalizado” y desvalorizado a la naturaleza, para cosificarla y convertirla en recursos naturales, en materia prima, en objetos de trabajo, en simple materia y energía que alimenta el proceso productivo.

El concepto de entropía procede de la termodinámica: la cantidad de energía libre que se puede transformar en trabajo mecánico disminuye de forma irreversible con el tiempo.

La transición hacia la sustentabilidad implica pasar de una economía entrópica a una economía "neguentrópica", es decir, basada en el principio de la vida: en la capacidad fotosintética del planeta, en la organización ecológica de cada ecosistema y la organización cultural de cada territorio de vida. Ello llevaría a un balance entre entropía y neguentropía en los procesos productivos.

La racionalidad ambiental orienta la construcción de una economía fundada en la fotosíntesis, que transforma la energía solar en biomasa. Pero no es simplemente una economía solar basada en un uso más intensivo de tecnologías y colectores solares.

Se trata de aprovechar el principio de productividad neguentrópica para magnificarlo a través de la organización ecosistémica del planeta, y de orientar las innovaciones hacia tecnologías adaptadas a la conservación productiva y a la oferta ecológica de los ecosistemas.

Pero tampoco sería una economía que hubiera pasado de la eficiencia tecnológica a la ecoeficiencia. No es una economía regida por una racionalidad ecológica, sino por otros principios y valores.

Una economía basada en la productividad ecológica es la del cuidado de la naturaleza, que enlaza a la naturaleza, como fuente de vida y de producción, con una ética y una estética de la naturaleza. Es el paso de una mitificación y adoración de lo natural a una conciencia de nuestra naturaleza humana y una ética de la responsabilidad hacia la vida.

La reconstrucción de la economía es un proceso de resignificación de la vida y de la existencia humana.

La construcción de la sustentabilidad no es pues una simple gestión ecológica de los potenciales productivos naturales. Implica una reapropiación de la naturaleza, y no solo una reapropiación productiva. La creatividad cultural no es apenas la de la eficacia productiva, es la del sentido, los valores asignados a la naturaleza como territorio de vida y como espacio para la recreación de la cultura.

La racionalidad ambiental va más allá de la ecologización del pensamiento y de un conjunto de instrumentos para una eficaz administración del ambiente.

Se trata de una teoría que orienta una praxis a partir de la subversión de los principios que han ordenado y legitimado la racionalidad teórica e instrumental de la modernidad.

Es una racionalidad que integra el pensamiento y los valores, la razón y el sentido, está abierta a la diferencia y a la diversidad, busca desconstruir la lógica unitaria y hegemónica del mercado para construir una economía global, integrada por economías locales basadas en la especificidad de la relación de lo material y lo simbólico, de la cultura y la naturaleza.

* Ambientalista, escritor y ex coordinador de la Red de Formación Ambiental para América Latina y el Caribe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. Derechos exclusivos Tierramérica.

Fuente: http://www.tierramerica.info/nota.php?lang=esp&idnews=3162

lunes, 22 de diciembre de 2008

Indígenas del Ártico reclaman su derecho al frío
Por Stephen Leahy entrevista a MARY SIMON

Los aborígenes del Ártico quieren vivir en el frío glacial que forjó su cultura, hoy amenazado por el cambio climático, afirma en esta entrevista exclusiva con Tierramérica la canadiense Mary Simon.

Québec, Canadá, 22 dic (Tierramérica).- "Aterrador" es la palabra que mejor describe a un cazador perdido en hielos que cambian de forma o al dueño de una casa cuyos cimientos se hunden. Así describe la líder indígena canadiense Mary Simon la situación que vive hoy el pueblo inuit por el calentamiento global.

El cambio climático está modificando la ecología del Polo Norte y creando una crisis para 160.000 indígenas de la región, los inuits, que viven dispersos en las orillas del océano Ártico en Alaska, Canadá, Groenlandia, Noruega y Rusia.

Esa es una zona demasiado fría para los árboles, y sólo algunas pasturas y pequeños arbustos consiguen vivir en los tres meses del verano boreal, con temperaturas medias de seis a ocho grados.

En la estación fría, que dura nueve meses, la tierra y el mar se congelan y se cubren de nieve. Como el sol no se eleva del horizonte en el invierno, la oscuridad reina las 24 horas del día, y la temperatura promedia los 30 grados bajo cero y llega a -60 grados en los días más fríos.

Así, en esas inhóspitas condiciones, los inuits han sobrevivido miles de años cazando focas, morsas, ballenas y caribúes.

Antes habitaban viviendas de huesos de ballenas y bloques de pasto y tierra, o de nieve. Hoy residen en casas de madera fabricadas con materiales importados desde miles de kilómetros de distancia.

Pero su tierra de nieve y hielo se derrite mientras la temperatura se eleva dos o tres veces más rápido que en cualquier otra parte del mundo.

"Vivimos de la tierra, cazando y pescando para obtener nuestro alimento, cada vez más difícil porque todo está cambiando", dijo Simon a Tierramérica.

Líder del pueblo inuit canadiense y ex embajadora de este país en Dinamarca, Simon nació en la aldea de Kangiqsualujjuaq, en el extremo norte de la oriental provincia de Québec. Tierramérica dialogó con ella en la ciudad homónima, la capital provincial.

TIERRAMÉRICA: ¿Cómo impacta el cambio climático en los inuits?

MARY SIMON: El rápido cambio climático en el Ártico afecta el permafrost (capa siempre congelada en los niveles superficiales del suelo) y por tanto a nuestras comunidades, que están construidas sobre él. Se acelera la erosión de nuestras costas, causando inundaciones y trayendo insectos que los inuits nunca habíamos visto.

Los pronósticos científicos para la región del Ártico son alarmantes. No, "alarmante" no es una palabra lo bastante fuerte. "Aterrador" describe mejor a un cazador perdido en hielos que cambian de forma o al dueño de una casa que se parte en dos cuando sus cimientos se hunden.

TIERRAMÉRICA: ¿Qué les diría a los líderes mundiales que deben aprobar en diciembre de 2009 un acuerdo climático que suceda al Protocolo de Kyoto y establezca reducciones a los gases de efecto invernadero que están causando el calentamiento?

MS: Ellos no lo vinculan con lo que ocurre en el Ártico. El cambio climático es primero y antes que nada una cuestión humana. Los inuits tenemos que vivir a diario con sus efectos. Vivimos de la tierra, cazando y pescando para obtener nuestro alimento, que se vuelve cada vez más difícil porque todo está cambiando.

Tenemos que comprar más comida del sur (de Canadá) que es muy costosa, así que la gente se ve forzada a alimentarse con lo más barato, la comida chatarra. En nuestras tiendas rara vez hay productos frescos, y eso daña nuestra salud.

Para los inuits hablar del cambio climático implica una visión amplia e integral de las conexiones entre nuestro ambiente, nuestra política y nuestro bienestar social, económico y cultural.

TIERRAMÉRICA: ¿Qué se debe hacer en su opinión?

MS: Los parches superficiales no sirven. Necesitamos repensar la manera en que hacemos las cosas para depender menos de los combustibles fósiles. Necesitamos políticas interrelacionadas --energética, industrial, de transporte y urbana-- para depender radicalmente menos de los combustibles que emiten gases invernadero.

Necesitamos una acción real para adoptar los cortes requeridos de gases invernadero y necesitamos liderazgo.

TIERRAMÉRICA: ¿Qué debería hacer Canadá?

MS: Es esencial adoptar metas duras de reducción de emisiones, políticas nacionales respaldas por una asignación prioritaria del presupuesto federal. Las medidas sobre gases invernadero deben ser claras y controlables. La complejidad acarrea dos peligros. Primero, se corre el riesgo de desviar esfuerzos para intentar "engañar al sistema”, en vez de esforzarse en inversiones y tecnologías que reduzcan las emisiones. Segundo, se vuelve muy difícil sostener la confianza pública, aprender de nuestros errores y no perder de vista los objetivos principales.

TIERRAMÉRICA: ¿Cree usted que la gente del sur de Canadá, 99 por ciento de la población nacional, comprende lo que está ocurriendo en el norte?

MS: Ellos solo se enteran de nuestros problemas sociales, del alcoholismo y los suicidios juveniles. No saben que hay mucha gente que busca muy duramente una vida mejor, pero que hay tantos obstáculos. Por ejemplo, nuestra cultura no se enseña en el sistema educativo. Los niños todavía son castigados por hablar su propio idioma.

Y el cambio climático ni siquiera fue tema de campaña en las elecciones federales de octubre. Eso es simplemente escandaloso.

TIERRAMÉRICA: ¿Qué piensa sobre el interés y las promesas de inversiones en el Ártico que ha hecho el gobierno?

MS: El gobierno de (Stephen) Harper sólo habla de soberanía (reclamos territoriales) y extracción de recursos, no de la salud de las comunidades. En el norte hay una desesperada falta de viviendas, que lleva a vivir en el hacinamiento. Eso tiene repercusiones: a los niños no les va bien en la escuela porque tienen que dormir por turnos. Y han aparecido brotes de tuberculosis.

Los costos de la vivienda son tres veces más altos y hay pocos empleos. Aunque el gobierno tiene un plan de viviendas sociales, son pocas, están mal construidas y no duran mucho. Para afirmar nuestra soberanía en el norte, se necesitan comunidades saludables.

* Corresponsal de IPS.

fuente: http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=1028090973582800024

miércoles, 17 de diciembre de 2008

CAMBIO CLIMÁTICO: Hacia un acuerdo verde

Por Ramesh Jaura
POZNAN, Polonia, 12 dic (IPS) - El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, reclamó un acuerdo "verde" que funcione para todos los países, ricos y pobres, y conjugue las preocupaciones por el cambio climático y la crisis financiera mundial.

En la reunión de alto nivel de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC), que comenzó el jueves y terminó este viernes, Ban abogó por "solidaridad mundial" en la materia.

Las actuales crisis climática y financiera ofrecen la oportunidad para hacer frente a ambos desafíos a la vez.

"Lidiar con la crisis financiera requiere de un gran estímulo internacional. Gran parte del gasto debe adoptar la forma de inversiones. Se debe invertir en un futuro verde", sostuvo el secretario general del foro mundial.

"Los recursos deben apuntar a luchar contra el cambio climático, crear millones de empleos verdes e impulsar el crecimiento verde", agregó Ban.

"También necesitamos con urgencia un acuerdo climático que brinde un marco político, legal y económico para liberar fondos de forma sostenida. Es decir, nuestra respuesta al descalabro financiero debe promover objetivos climáticos y la respuesta a la crisis climática debe proponerse metas económicas y sociales", remarcó.

Es necesario que la Unión Europea, que parece estar acomodando sus objetivos en la materia en función de sus intereses industriales, y Estados Unidos asuman un papel de liderazgo, añadió.

El secretario general de la ONU también felicitó al presidente electo de Estados Unidos, Barack Obama, por su "propuesta de incluir la energía alternativa, el ambiente y el cambio climático dentro del concepto mismo de seguridad nacional, recuperación económica y prosperidad".

Pero también hubo otros indicios positivos en otros países y regiones, apuntó.

China dedica una cuarta parte de su plan de estímulo económico a fomentar los combustibles renovables, la protección del ambiente y la conservación de la energía.

Dinamarca, dónde se realizará la próxima Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático, apunta a un crecimiento que no perjudique al ambiente. Desde 1980, su producto interno bruto creció 78 por ciento con un aumento mínimo en la energía consumida.

Brasil ha logrado uno de los crecimientos más "verdes" del mundo, y ha creado millones de empleos en el proceso.

India lanzó un amplio Plan de Acción Nacional sobre Cambio Climático que alienta las fuentes renovables de energía, en especial la solar y eólica, y se ubica en el cuarto lugar mundial en términos de su desarrollo.

Ministros de 189 países se reunieron en esta ciudad polaca por primera vez desde la anterior conferencia, realizada en la isla indonesia de Bali en 2007, para discutir los pasos a seguir con miras a alcanzar un nuevo acuerdo que mitigue el cambio climático.

Después de Ban, habló Yvo de Boer, secretario ejecutivo de la CMNUCC: "El tiempo se acaba. Hay que dar a estas negociaciones un comienzo positivo. Podemos lograrlo porque no empiezan de cero."

México, Indonesia y Sudáfrica tienen nuevas estrategias para hacer frente al cambio climático, señaló. China, Egipto e India cuentan con planes y programas al respecto. Angola, Nigeria y Pakistán están creando las suyas.

"Todos ellos y otros más identificaron medidas adicionales de contención que pueden implementarse de forma tal de poder medir, verificar y reseñar sus logros", apuntó.

Además, recordó a los ministros que la hoja de ruta de Bali, acordada hace un año, versaba sobre "asuntos de actualidad, no para ser dilatados", y entonces los signos de urgencia ya eran claros.

"Mauritania ya padece un estrangulamiento triple: un desierto en aumento, aguas oceánicas invadidas e inundaciones cada vez más graves. En Las Maldivas ya ahorran para el éxodo a causa del aumento del nivel del mar. Esos son asuntos para tratar ahora", sentenció.

La Conferencia de Poznan, que reunió a 11.600 participantes, es el paso intermedio de las negociaciones hacia el diseño una respuesta internacional, ambiciosa y efectiva, en materia de cambio climático, que se aprobará en Copenhague en 2009 y se hará efectiva en 2013, al año siguiente del vencimiento de la primera fase del Protocolo de Kyoto.

"El acuerdo deberá motivar compromisos de las naciones industrializadas, incluidos objetivos de reducción de emisiones de gases invernadero de mediano plazo, y las obligará a ponerse de acuerdo sobre la forma de recaudar fondos y asignarlos de forma efectiva y transparente a fin de apoyar los esfuerzos paliativos del Sur en desarrollo", señaló Yvo de Boer.

"Necesitamos un marco de políticas que detallen objetivos, apoyo financiero e instituciones de forma inequívoca. Tenemos que lograr resultados que puedan ser ratificados para que entren en vigencia en 2013", sostuvo.

"Las discusiones de Poznan avanzaron, de elementos de consenso a acuerdos concretos, aparecieron áreas de convergencia de ideas y propuestas, se exploraron opciones para lidiar con las divergencias e identificar los vacíos que habrá que llenar para lograr un resultado de conformidad en Copenhague", señala un documento de la CMNUCC.

"Las partes se pusieron de acuerdo en que un texto sobre el consenso logrado se someterá a consideración en la próxima reunión de la CMNUCC, en junio del año próximo", añade.

La mesa redonda de este viernes fue una reunión clave, dedicada a medidas cooperativas de largo plazo, informó la CMNUCC.

"Los delegados discutieron asuntos importantes a corto plazo, hasta 2012, en especial para las naciones en desarrollo, incluidas adaptación, financiación, tecnología y reducción de gases invernadero liberados por la deforestación y la degradación de selvas", reza una declaración de Yvo de Boer.

"La mesa redonda será una importante oportunidad, tanto para ministros como para otros funcionarios, de analizar los mecanismos a poner en práctica en relación con cuesitones financiera, tecnológica, y conocimientos tendientes a reducir las emisiones, impulsar un crecimiento verde y lidiar con las consecuencias inevitables del cambio climático", añade. (FIN/2008)

FUENTE: http://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=90779

¿Hay algo para los pobres en el mercado del carbono?

Por Stephen Leahy

Pagar a los pobres para que conserven bosques bajo un esquema de mercado es la nueva iniciativa estrella de las discusiones climáticas.



UXBRIDGE, Canadá, 15 dic (Tierramérica).- Expertos en clima reunidos en Poznan, Polonia, prometieron crear un cofre dorado de créditos de carbono para financiar a comunidades rurales pobres que se conviertan en guardianas de tierras y bosques.

Pero son varias las advertencias de que el oro podría beneficiar solo a los intereses corporativos.

Una de las maneras más efectivas de combatir el cambio climático, causado por gases como el dióxido de carbono que recalientan la atmósfera, es capturando carbono en plantas, árboles y suelos. Para eso hay que reducir la deforestación, elevar la reforestación y emplear técnicas agropecuarias de conservación de suelos y agua.

Si estas actividades se incluyen en un régimen mundial de comercio de carbono, en el marco de un nuevo tratado climático en 2009, puede haber beneficios extraordinarios para los pobres de zonas rurales y para el ambiente, según Olav Kjørven, ex director del Grupo de Energía y de Medio Ambiente del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

“Sin embargo, habilitar a los pobres para que aprovechen ese ingreso potencial implica proporcionarles herramientas legales y protección para cosechar los beneficios de su buena administración”, escribió Kjørven en el informe "Opportunities in Environmental Stewardship: Climate Change and Legal Empowerment of the Rural Poor" (Oportunidades de la administración ambiental: Cambio climático y empoderamiento legal de los pobres rurales), en coautoría con Estelle Fach.

Delegados de más de 190 países intentaron entre el 1 y el 12 de este mes en Poznan avanzar hacia un nuevo pacto para reducir la contaminación causante del calentamiento, bajo la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.

El nuevo tratado --que debería materializarse a fines de 2009 en Copenhague-- será el sucesor del Protocolo de Kyoto, en vigor desde 2005 y cuyos alcances finalizan en 2012. Eso requerirá reducciones sustanciales de gases de efecto invernadero de todos los países y un fondo para ayudar a las naciones pobres a adoptar una economía más sustentable y adaptarse a los impactos del cambio climático.

“Es esencial asegurarse de que los futuros mecanismos de mercado adoptados en el marco de la Convención no excluyan a los pobres de zonas rurales, sino que trabajen para su beneficio”, dijo Kjørven a Tierramérica.

Ya existen dispositivos, como el Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL), para ayudar a países y empresas del Norte rico a cumplir obligaciones de reducir sus emisiones de gases invernadero, con el incentivo de crear un mercado del carbono, donde se transan créditos o certificados, como acciones en la bolsa de valores.

El PNUD promueve un reparto equitativo de los beneficios derivados de la reducción de emisiones de carbono.

Con acceso a financiación, la agricultura sustentable y la protección de bosques, que capturan carbono en plantas, árboles y suelos, generarán ingresos para las comunidades rurales y reducirán grandes volúmenes de gases invernadero. También mejorarán la biodiversidad, los hábitat, los suelos y el agua, señaló Kjørven.

Un MDL reformado y un nuevo tratado climático pueden proporcionar un marco global, regulado, transparente y equitativo, necesario para materializar esta gran visión de carbono transformado en oro, agregó.

El MDL permite que las empresas de países industriales obtengan créditos invirtiendo en proyectos limpios en el Sur en desarrollo.

Desde 2005 se autorizaron más de 4.000 proyectos por miles de millones de dólares en inversiones públicas y privadas para reducir emisiones de gases en países pobres.

Sin embargo, la complejidad y el costo para acceder al MDL han llevado a que sólo se contemplen grandes proyectos de países como Brasil, India y México.

Además, la conservación de los bosques no está contemplada en el MDL, aunque entre 20 y 25 por ciento de las emisiones de dióxido de carbono del mundo se deben a la deforestación.

“Los bosques están desapareciendo a un ritmo récord, y tenemos que cambiar las reglas del juego para proteger lo que queda”, opinó Kjørven.

En Poznan hubo un amplio acuerdo en que sería más redituable conservar las selvas que convertirlas en madera o talarlas para cultivo, siempre y cuando haya fondos jugosos en el mercado de carbono para conservación forestal, dijo Frances Seymour, directora general del Centro Internacional para la Investigación Forestal (Cifor, por sus siglas en inglés). “Los bosques son cruciales para combatir el cambio climático y adaptarse a él”, afirmó Seymour en una conferencia de prensa en Poznan.

El Cifor es una de las muchas entidades a favor de un esquema de pago por preservar bosques, conocido como la iniciativa de Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación (REDD, por sus siglas en inglés).

Según la REDD, los países más ricos pagarían para mantener y reforestar selvas de regiones tropicales, que permitirían compensar su propia contaminación climática.

“Si no incluimos a los bosques en nuestras estrategias para afrontar el cambio climático podemos enfrentar un escenario de pesadilla en el que las emisiones de la deforestación y la degradación alimenten el recalentamiento, que a su vez acelere la pérdida de bosques”, dijo Seymour.

El hecho de que en muchos lugares del mundo los campesinos pobres no tienen propiedad ni tenencia de la tierra es un obstáculo para que accedan a este tipo de financiación, reconoció Kjørven.

“Eso significa que tenemos que apoyar esfuerzos país por país para establecer instituciones y sistemas necesarios y asegurarnos de que se aclaren las cuestiones relativas a los derechos sobre la tierra”, agregó.

La precariedad del vínculo con la tierra, en esta nueva era de mercado financiero de carbono, privará a los pobres de ingresos posibles e “inevitablemente conducirá a la explotación, la pérdida del sustento, más marginación y una plétora de otros daños sociales y ambientales”, advirtió.

Pero no hay garantías de que los pobres se beneficien de tal sistema, sino al contrario, opinó Miguel Lovera, presidente de la Coalición Mundial por los Bosques, una organización no gubernamental internacional con sede en Paraguay.

Las conversaciones de Poznan parecen haber versado más sobre comercio y dinero para empresas privadas que sobre reducir la contaminación o ayudar a los pobres, dijo Lovera a Tierramérica desde esa ciudad polaca.

“Hay una promoción agresiva de los mecanismos de mercado como única solución a la crisis climática”, dijo.

También es dudoso que un sistema financiero del carbono pueda competir con las ganancias de talar bosques para plantar soja o palma aceitera, planteó Lovera.

“Para proteger los bosques, se necesitan decisiones políticas firmes de los gobiernos nacionales, y no complejos mecanismos de mercado”, enfatizó.

Kjørven coincidió en que debe evitarse la complejidad. Pero “es aún más difícil frenar la deforestación sin normas de mercado que puedan desviar las inversiones a favor de la conservación y las prácticas sustentables”, concluyó.

* Corresponsal de IPS.

FUENTE: http://www.tierramerica.info/nota.php?lang=esp&idnews=3144