lunes, 26 de agosto de 2013

Ludwig Huber editor: CENTRALISMO Y DESCENTRALIZACIÓN EN AYACUCHO

INTRODUCCIÓNEL PERÚ, UNO DE LOS PAÍSES cultural y geográficamente más diversos del mundo, es en términos políticos y económicos uno de los más centralistas del continente. Mientras que el gobierno central maneja más del 90% del presupuesto nacional, menos del 5% corresponde a los gobiernos locales.1
Debido a que tanto la población como los propios gobernantes han sido desde el comienzo de la república muy conscientes de la concentración del poder en pocas manos y reducidos espacios, este hecho ―aun siendo "más bien denunciado que comprendido" (Con-treras 2000:3)―, ha dado lugar a diversos intentos descentralistas. Con resultados muy magros, por cierto. El proyecto más pretencioso de esta "historia de frustraciones" (Barrenechea 1998) fue, pro-bablemente, el del gobierno de Alan García, que organizó los 24 depar-tamentos del país en 11 regiones, cada una con sus respectivas sub y micro regiones. La burocratización y el sectarismo político característicode esa época, sin embargo, truncaron el proceso. Pero fue sobre todo el "hipercentralismo" (Planas 1998) del gobierno de Fujimori, luego del autogolpe de abril de 1992, el que puso fin a los esfuerzos por descentralizar el país. Después de la caída del régimen fujimorista, la descentralización es, nuevamente,uno de los principales temas en la agenda política.
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