INTRODUCCIÓN
“El
mundo tiene prisa, y se acerca a su fin”; lo dijo un arzobispo llamado Wulfstan
en un sermón pronunciado en York en el 1014. Es fácil imaginar los mismos
presagios expresados hoy. ¿Son las esperanzas e inquietudes de un periodo
simplemente copias de épocas anteriores? ¿Tiene realmente el mundo en el que
vivimos, a punto de acabar el siglo xx, alguna diferencia con el de los tiempos
anteriores?
Sí.
Hay buena y objetivas razones para pensar que vivimos un periodo crucial de transición
histórica. Además, los cambios que nos afectan no se reducen a una zona concreta
del globo, sino que se extienden prácticamente a todas partes.
Nuestra
época surgió bajo el impacto de la ciencia, la tecnología y el pensamiento
racional; sus origines están en la Europa de los siglos XVII y XVII. La cultura
industrial occidental fue forjada por la ilustración ---por los libros de pensadores
que luchaban contra la inflación de la religión y el dogma, que querían reemplazar
por un enfoque más razonado de la vida práctica.
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